En 2008 se desató una gran crisis cuyo paciente cero fue un ladrillo. Se consideró que la construcción residencial, y en menor medida la empresarial, alcanzó niveles excesivos que impidieron la salida al mercado del excedente. En estos meses de coronavirus se ha desatado otra gran crisis económica en la que el paciente cero ha sido una tapa (pincho de bar).