No se puede negar que uno de los temas que más artículos y conversaciones genera en la sociedad es la digitalización de las empresas. Todas las empresa tienen sobre su cabeza la obligación de hacerlo, aunque no tengan ni idea de lo que significa, los cambios que provocará y el coste que supondrá. ¿Qué papel juegan los medios de comunicación?
El 96% de los artículos que se publican diariamente en los medios de comunicación están orientados a las bondades y obligatoriedad de digitalizarse, así como del porcentaje de empresas que aún no lo han hecho y son señaladas casi como proscritas y moribundas. Tan solo el 4% señalan las dificultades reales y las consecuencias negativas que pueden acarrear el digitalizar sin conocimiento.
Se habla y escribe mucho sobre empresa pero no tanto de las organizaciones públicas. En el discurso de investidura, el presidente de gobierno Pedro Sánchez enumeró las bases sobre las que girará su legislatura y una de ellas fue «gobierno digital». Y digo yo, ¿eso qué es?. Estoy esperando muy atento a que se desarrolle este brindis digital.
Sería absurdo poner en tela de juicio la necesidad de evolucionar de manera rápida y controlada de cualquier organización. Pero la evolución requiere de transformaciones en los tres pilares: cultura, modelos de negocio (procesos) y tecnología. Y por supuesto en la columna que vertebra y da solidez: la estructura organizativa.
Quien ponga el carro a tirar de los bueyes, que se prepare a sudar la gota gorda para llegar a algún destino.
La venta de «digitalización» es una de las mayores estafas que se está promoviendo en todo el mundo. ¿Por qué me atrevo a hacer esta afirmación?, porque solo vende cambio tecnológico y choca frontalmente con la cultura y los procesos operativos. Es posible que no estés de acuerdo conmigo y pienses que hay empresas que sí hacen análisis procedimental; sí, pero para adaptarlo a los requisitos tecnológicos.
La tecnología siempre ha sido y debe seguir siéndolo un soporte para el negocio. No se puede disfrazar el modelo de negocio para que parezca «digital», porque resultará grotesco. La tecnología siempre estará al servicio de la organización y nuca al contrario, como ocurre ahora. Quien ponga el carro a tirar de los bueyes, que se prepare a sudar la gota gorda para llegar a algún destino.
Segú el estudio de PwC, “La digitalización, clave para la viabilidad empresarial”, los principales problemas son:
- Recursos propios: el estudio indica que el 75% de las empresas españolas, recurren a sus recursos para realizar la digitalización, hecho que dificulta emprender este camino y poder ejecutarlo correctamente. Ya que dependen de que la empresa consiga sacar suficientes beneficios para poder invertir en este campo.
- Restricción de costes: el 47% de las empresas, su digitalización viene condicionada por la cantidad presupuestada para conseguir los objetivos.
- Exceso de trabajo de los empleados: PwC, nos indica, que el 40% de las empresas su problema para digitalizarse viene dado por la carga de trabajo que llevan sus trabajadores, que no les permite tener tiempo para formarse en otras áreas.
- Insuficiencia de expertise: el 36% de las empresas españolas, tienen este problema a la hora de poder digitalizar sus empresas. Aunque, en realidad, este problema es más generalizado, ya que las empresas encuestadas por PwC, indican que les cuesta mucho encontrar personal experto. Sobre todo les cuesta encontrar expertise en:
- El internet de las cosas: 46% de las empresas tienen este problema.
- La robotización: el 33% de las empresas españolas tienen dificultades en este campo.
- La inteligencia artificial: el 23% de las empresas se encuentran con este problema.
Conocer la organización (no creer saber que la conoces) es el primer paso para acometer cambios evolutivos en tu modelo de negocio, tus procesos operativos y entonces buscar las soluciones técnicas que soporten tus necesidades reales, no forzadas. Por supuesto, esto no tendría ningún sentido sin la transformación de la estructura organizativa hacia un modelo REM.
No dejes que te simplifiquen el impacto de la transformación digital. Es un cambio trascendental, para bien o para mal.