Una enfermedad se ha convertido en el mayor reclamo publicitario de la historia. Esta pandemia, provocada por el SARS-CoV-2, está siendo utilizada como muleta para el apoyo comercial de infinidad de organizaciones. No es ilegal, pero pienso que es inmoral echar mano de un virus mortífero como señuelo para incautos, y lo que es peor, para necesitados.
La diferencia con antes de la pandemia es que ahora hay muchos más vendedores de snake-oil, ese milagroso ungüento que los “sacamuelas” vendían por los poblados del recién colonizado oeste americano, que, por supuesto, no tenían ningún beneficio en la salud y sí para el bolsillo del timador.
Hace un año se vendían la innovación, big data, blockchain, inteligencia artificial y demás brebajes para que las empresas no desaparecieran, mientras que ahora el mensaje es para fortalecerse contra la pandemia. Es la excusa del engaño, el señuelo para la rapaz, el anzuelo para el pez, el tonto en el timo.
Discúlpame si soy un tanto efusivo o incisivo, la tecnología no ha aportado prácticamente nada durante estos meses a las empresas. Seguro que estás pensando en el teletrabajo y tienes razón, pero la tecnología de conexión remota existe desde hace bastantes décadas, así como los protocolos de seguridad. Están perfeccionados, sí, y es lo que se espera de las tecnológicas.
La Inteligencia artificial, desaparecida, no ha aportado nada de nada. No se esperaba que hiciese ejercicios adivinatorios, pero al menos una respuesta rápida a las turbulencias que han sufrido todas las empresas. Ah, claro, que son algoritmos elaborados para casos muy concretos. Entonces nos empezamos a entender. Entonces el problema es que camuflamos los conceptos entre telares confusos y empleamos palabras que ayudan en la venta y confunden al comprador por partes iguales. Es la mirada de la cobra utilizada en el nuevo marketing.
Echa un vistazo en las invitaciones que te llegan de webinar y conferencias virtuales (que es lo mismo pero cualquier cosa mola). Si en alguna no aparecen “covid-19”, “pandemia” o “así será… después de”, regístrate porque seguro que tendrá algo positivo. El resto, charlatanería de expertos que necesitan estar en el “candelabro”.
NADIE tiene idea de lo que va a pasar ni cómo vamos a salir de esta situación, nadie en el mundo. Ahora sí, mientras tanto lo que debemos hacer es observar mucho y bien cómo evoluciona, no obsesionarse con innovar y diseñar nuevos modelos de negocio que te puedan salvar la vida (empresarial) y ofrecer oportunidades a las personas.
El peor contratiempo con el que se han encontrado las empresas ha sido su propia estructura organizativa. Y muchas ni se han percatado aún de ello. Han respondido imitando a otras empresas sin preguntarse si su tipo de organización aceptaría esas recetas improvisadas. Analiza la estructura de tu empresa, la jerárquica y la operativa.
RAMÓN LUIS GIL BARRIGÜETE
Rehabilitador Corporativo y experto en estructuras organizativas (creador de REM)